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Así afecta el cambio del Impuesto de Sociedades en pymes

Tras las pasadas elecciones del 26-J, con un gobierno central en funciones y la incertidumbre sobre el futuro político español, el gobierno se ha puesto a trabajar para evitar la multa de la Unión Europea por incumplir el déficit de la economía española en 2015.

Aunque el procedimiento de sanción ya ha sido puesto en marcha por los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona, Moncloa espera que se tenga en cuenta nuestra situación de falta de gobierno y el compromiso de rectificar y cumplir con el objetivo de un déficit del 3 % del PIB en 2017.

Impuesto de sociedades, afectará solo a las grandes empresas

El sistema barajado se basa en que las grandes empresas financien al Estado y no al revés. Se pretende que hagan un desembolso del impuesto con unos pagos a cuenta en abril, octubre y noviembre y unas bases mínimas durante el ejercicio de 2016. En 2017, cuando se liquidase el impuesto, se regularizaría la situación.

Si realmente se lleva a cabo este sistema, dicha modificación no afectaría a la solvencia de las empresas, dado que no se trataría de aumentar su cuantía, sino de adelantar el dinero, y se aplicaría un tipo mínimo durante el ejercicio. Tampoco se pretende que afecte a las PYMES, pues en la norma se determinará un umbral para dejar fuera a las pymes y los autónomos.

Lo que no está claro es si va a ser algo temporal o va a perdurar en el tiempo. La razón de ser de estos planteamientos es que con las rebajas fiscales y los cambios introducidos en el Impuesto de Sociedades en 2015 al Estado no le salen las cuentas, dado que, según los datos oficiales, la recaudación ha caído un 60 % durante el primer trimestre de 2016.

Únicamente aplazar y fraccionar el pago

Las grandes empresas ya tienen en sus cuentas recogidas las previsiones de fondos necesarias para hacer frente al pago del impuesto durante todo el año y, para que cuando llegue julio del año siguiente y haya que pagar, no tengan ningún problema.

Si esta medida se aplicase a las PYMES, podrían beneficiarse o ser perjudicadas en función de su estructura financiera y sus beneficios. Si una PYME tiene una elevada facturación, se entiende que puede pagar el impuesto, aunque también podría atravesar problemas de liquidez. El descuento de pagarés es una buena solución para aquellas empresas que no disponen de liquidez para hacer frente al impuesto pues con él se obtiene el dinero necesario en un periodo de tiempo muy corto.

En definitiva, un pago aplazado y fraccionado no es bueno ni malo como concepto en sí mismo, pues depende de la situación de cada empresa. Por otro lado, esta medida de pago fraccionado se aplicó en 2013 y se prorrogó en 2014 y 2015, por lo que no es nueva. Si quieres saber más sobre este descuento o sobre descuentos de pagarés, no dudes en contactar con nosotros.