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Préstamos entre familiares: ¿Qué tener en cuenta?

En muchas ocasiones, los préstamos entre familiares y conocidos se presentan como la solución ideal para conseguir dinero rápido y hacer posible la financiación de un proyecto empresarial o personal, la adquisición de bienes o para impedir embargos o desahucios – procedimientos cada vez más comunes en la sociedad española.

Son muchos los motivos que pueden impulsar a las personas a pedir dinero prestado: la negativa de financiación bancaria o el desconocimiento sobre los trámites de las operaciones de algunas entidades financieras.

Lo que muchos no saben es que, además de la confianza, los préstamos de particular a particular también exigen un acuerdo por la vía legal. Por ello, antes de tomar la decisión de prestar dinero a un amigo o a un miembro de la familia, es importante tener en cuenta algunas cuestiones reglamentadas por ley para evitar disgustos e incluso el pago de multas.

Contrato de préstamo entre particulares

El sabio refranero español nos alerta: «El pepino en el gazpacho, y los negocios en el despacho»…. Ya sabemos que los particulares no están acostumbrados a las gestiones derivadas de un préstamo y que tampoco es agradable, una vez pasado el tiempo, discutir sobre las condiciones de la ‘financiación’ o exigir su pago, pero los que realizan préstamos de particular a particular tampoco tienen que estar dispuestos a perder su dinero.

Si bien un contrato de préstamos entre particulares no puede garantizar la devolución del dinero, lo cierto es que puede evitar problemas fiscales o asegurar el conocimiento público de la deuda. Es decir, si el deudor fallece – por ejemplo – sus herederos estarán obligados a asumir la deuda y, si falta el consignatario, sus beneficiarios cuentan con un documento reglamentado para exigir el reintegro.

El préstamo entre particulares y Hacienda

No es ningún secreto que Hacienda siga muy de cerca todos nuestros movimientos financieros. Al realizar una transferencia bancaria de una cantidad elevada de dinero, el fisco puede hacer muchas suposiciones: que vamos a dejar el dinero a alguien o hacer un préstamo. En cualquiera de los casos, debemos cubrirnos las espaldas. Legalmente, las donaciones acarrean un Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones y los préstamos, un Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.

La única manera de evitar que Hacienda nos reclame impuestos o nos multe por no declarar ganancias derivadas de este procedimiento financiero es realizar un contrato de préstamo entre particulares donde queden reflejadas todas sus condiciones. En Hacienda, los préstamos entre familiares pueden ser regulados con el «Modelo 600».

Contrato de privado entre particulares

El contrato que regula el préstamo entre particulares debe estar firmado por ambas partes y, para que sea efectivo, debe ser registrado en Hacienda. Además de las firmas de prestamista y prestatario, el documento ha de recoger otros datos importantes como: la fecha y el lugar, datos personales de ambas partes, importe, la duración del préstamo y el tipo de interés (si lo hay).

Antes de prestar dinero a un familiar o de solicitar préstamos a conocidos, es conveniente averiguar las opciones de financiación ofrecidas por bancos y otras instituciones financieras. En muchos casos, la rapidez y sencillez de esos procedimientos pueden no solo ser la solución a la falta de liquidez, sino que pueden evitar graves conflictos familiares.