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Prevenir impagos y morosos: consejos imprescindibles

La crisis económica ha puesto en riesgo la actividad de algunas compañías, incluidas las más tradicionales. Pero, por si este contratiempo no fuese suficiente, autónomos, empresas y pymes ven, día a día, cómo la morosidad pone en riesgo la buena marcha del negocio. Los impagos han sido siempre una asignatura pendiente tanto en el ámbito público como en el privado. Ni siquiera la Ley de Morosidad, aprobada en 2004 y modificada en 2010 y 2014, ha servido para mejorar la situación de los impagos en las transacciones comerciales.

Si la normativa obliga al cumplimiento de unos periodos de pago, ¿por qué las empresas siguen encontrando en ellos un problema? Porque, a pesar de su obligatoriedad, no existen medidas coercitivas aplicables si no se cumplan los plazos, ni sanciones específicas. Más concretamente, la ley sí recoge una serie de penalizaciones para los casos en los que no se respete el contenido del contrato, pero un porcentaje muy bajo de los afectados las aplica.

Cómo prevenir impagos y la morosidad

  • Fijar una estrategia de crédito. Si se quiere prevenir los impagos, lo mejor es que todos los miembros de la empresa partan de una base común. Se debe definir un manual para la gestión de los impagos y las posibilidades de crédito. De esta manera, la pyme en su totalidad sabrá cómo enfrentarse a las situaciones de morosidad.
  • Comprobar la solvencia del cliente o proveedor. Es muy importante que el autónomo o pyme compruebe el historial de las personas o compañías con las que va a comenzar una relación comercial. Normalmente, los clientes o proveedores que ya han tenido problemas con otros pagos son reincidentes. Aunque no es un dato definitivo. También puede ocurrir que, por circunstancias puntuales, una situación solvente, cambie de la noche a la mañana y provoque problemas en los cobros.
  • Concretar las formas de pago con cada cliente o proveedor. Se pueden ofrecer plazos flexibles según el agente con el que se realice la transacción y teniendo en cuenta sus comportamientos anteriores. Es decir, los clientes nuevos tendrán que cumplir unos plazos más limitados; a medida que los vayan cumpliendo, recibirán privilegios que les ayudarán en sus pagos futuros. Para que sea efectivo, es importante llevar un seguimiento de los comportamientos de pago de cada uno de los clientes y proveedores.
  • Cobrar una parte por adelantado. Por un lado, es una inyección inmediata para los ingresos de la empresa; por otro, puede constituir un sello de garantía. Aquellos clientes o proveedores que no tengan mayor problema en abonar esta cantidad al inicio de la actividad comercial ya parten de una posición positiva y confiable.
  • Fijar y firmar un periodo de pago y los intereses por incumplimiento. Es importante que los clientes sepan cuánto tiempo disponen para hacer frente al pago y cuáles son las consecuencias de no cumplirlo. Pero, además de conseguir la certeza sobre la recuperación del dinero, el autónomo o pyme debe poder disponer de él para mantenerse solvente. Por eso, es importante fijar un periodo de cobro inferior al de pagos.
  • Lo mejor, insistir. Puede ser la propia empresa la que recuerde a los clientes o proveedores el vencimiento del plazo establecido en el contrato. Pero, cuanto los tiempos y/o las cantidades sobrepasan unos límites, lo más indicado es acudir a empresas especialistas en el seguimiento a los morosos.

Si a pesar de estos consejos los casos de impagos siguen acorralando a tu compañía no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Somos especialistas en gestión de impagados y en servicios de intermediación financiera. Resuelve los problemas de liquidez y ahorra en preocupaciones.