En 2022 se cerraron más de 30.500 empresas y se crearon menos negocios que en 2021
La situación de las empresas de nuestro país no es del todo alentadora. Según el estudio “Demografía empresarial 2022” elaborado por la consultora DyB teniendo en cuenta los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante 2022 se cerraron más de 30.500 empresas y se crearon menos negocios que en 2021.
La elevada inflación, el incremento de los precios del carburante y de las materias primas, o los problemas de la cadena de suministro, han podido ser algunos de los factores que han provocado que los costes de las empresas sean más elevados que sus ventas. Y la reducción de beneficios es una de las principales causas que frena la creación de nuevos negocios y genera la disolución de otros.
Menos constitución de empresas, más concursos y disoluciones
Según el estudio, durante 2022 se constituyeron 99.502 empresas lo que representa una disminución del 2,47% respecto a 2021. Siendo Madrid y Andalucía las comunidades que más sufrieron esta bajada.
Asimismo, las disoluciones de empresas y los concursos de acreedores se incrementaron. En 2022, 7.272 compañías presentaron un concurso, un 24,05% más que durante 2021 y la tercera cifra más alta de los últimos 10 años.
En cuanto a las disoluciones, a lo largo de 2022 se sumaron 30.507, un 10% más que en 2021. Una subida que se refleja, en gran medida, en todo el territorio nacional exceptuando Galicia, La Rioja y País Vasco. Teniendo en cuenta la evolución interanual de las disoluciones, la cifra de 2022 es la segunda más alta desde el año 2012, cuando se presentaron 28.687 disoluciones.
La actividad de las entidades financieras alternativas
Como se puede observar, las cifras no son buenas. Muchos negocios tuvieron que cerrar sus puertas por falta de liquidez y de recursos, problemas agravados a partir de la pandemia del coronavirus.
En este punto no cabe duda de que las pequeñas y medianas empresas de nuestro país han sido los actores más afectados poniéndose en juego su viabilidad y supervivencia. Para hacer frente a una situación de falta de liquidez, las entidades financieras alternativas pueden ser una solución en tiempos donde la financiación bancaria trabaja con altos tipos de interés (entre el 3% y el 7%) y los límites de disposición del crédito han disminuido.
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